viernes, 23 de julio de 2010

Habilidad al alcance de pocos


   Un día de finales de enero, Pablo nos sorprende mientras merendábamos en una cafetería, y él se entretenía con unas servilletas y un bolígrafo. Voy a poner mi nombre al revés, dijo...
   El resultado no puede ser más evidente; comenzó de izquierda a derecha por la última letra de su nombre hasta finalizar con la "P" de su nombre de pila. Boquiabiertos nos dejó. Tenía entonces cuatro años, ocho meses y veintiséis días...

Una multa inocente


Hará algunos años, encontré en el parabrisas de mi coche un papel redactado por una niña de pocos años. Digo niña, y no porque la hubiese visto, sino por que mi conclusión es esa después de pensar que algo así, debía de ser femenino y no masculino paradójicamente, pues en general los niños suelen jugar a policías y ladrones y las niñas...las niñas suelen ser más inteligentes cuando de gastar bromas de este tipo se trata.
Esa es mi conclusión final. Fue una niña de seis o siete años, no más. No recuerdo si mi coche estaba bien o mal aparcado, pero resultó ser graciosa la situación.

Un concepto moral


Este individuo se fuma un cigarrillo mientras escucha la radio en el coche. Cuando termina de fumar, se pone en funcionamiento en su cerebro qué ha de hacer con la colilla (¿?)...después de unos segundos, se inclina por la posibilidad de depositarlo en el cenicero del coche.
Un concepto moral; ha utilizado aquello que la sociedad estima oportuno, "hacer las cosas bien"...en el caso de que no fuese un ser racional, claro está, no fumaría ni estaría en un coche escuchando la radio o mirando simplemente por la ventanilla mientras da placer a su espíritu, cuerpo o se autoelimina poco a poco sin saberlo quizás.
Horas después, días después, semanas tal vez incluso, vuelve a realizar la misma función, pero esta vez, conduciendo quizá. Cuando finaliza su acto de fumar, comienza el funcionamiento de su cerebro desarrollado y racional y ejecuta la acción de depositar el cigarrillo en el cenicero del coche...Ah!! pero esta vez el cenicero está lleno: no hay problema, se abre hueco como puede y empujando, logra introducirlo dentro. De nuevo se ha consumado la comunión entre él y la sociedad o entre él y su concepto moral "hacer las cosas bien".
Cuando termina su viaje y logra encontrar un aparcamiento, abre la puerta y vacía el cenicero en el bordillo de la acera. Esta vez, quizá no utilizó su cerebro evolucionado.

lunes, 19 de julio de 2010

Mi primer viaje, amarte



Partí a Marte en mi adolescencia, permanecí allí durante mucho tiempo y cuando volví, te encontré, mas tú no sabías que yo andaba cerca de ti. Volví a visitar Marte tantas veces, que no me daba cuenta que una vez que te tenía, no comprendía por qué no miraba hacia abajo, a la tierra y tiraba de ti, para que me ayudases a recuperar mi infancia. Quería que viajases conmigo en el tiempo; creía entonces que íbamos en direcciones paralelas, pero se iban separando a cada paso y la distancia cada vez mayor. Fue entonces cuando cambié mi rumbo e inicié mi viaje a amarte...

Y entonces renací, continué viajando bien despierto para dormir tranquilo, mientras mis sueños alimentaban la música interior que era el combustible que utilizaba desde mi infancia, inagotable como una sonata intemporal en mi bemol mayor, donde la orquesta nunca finaliza porque está inacabada...y hoy sigue sonando, deleitándome en cada nota, cada compás...

domingo, 18 de julio de 2010

Mi primera reflexión


Sentado como estoy, no puedo escribir; sólo se podría transcribir una idea si la tuviese guardada en la memoria. Se escribe mejor cuando se está acostado, en duermevela, bajo los efectos del alcohol u otras sustancias, que guardan relación con grandes citas, novelas o poesías, entre otros, de grandes genios y artistas de toda índole, sexo o edad y época. Digo escribir, porque escribimos con la mente y luego desarrollamos esa escritura en forma de idea terminada para transcribirla a una pantalla de ordenador o bien a un papel en blanco. Si no existe esa forma ya grabada, necesitas algo así como una inspiración o alguna musa que ande cerca, y te ayude (llámese estado, situación o sustancia)...
Como quiera que es difícil guardar ideas que crees que puedan ser buenas (según tu patrón) no puedo sino escribir de forma mecánica, tratando de encajar letras, sílabas y formar frases que de alguna forma, tengan sentido. Eso hoy, no será posible.