jueves, 26 de agosto de 2010

Lágrimas

  Encuentro difícil de soportar ver cómo se escapa alguna lágrima; sobretodo si ésta, es de un niño. Hay verdaderamente  miles de formas en el llanto; millones diría yo. Todas estas formas tendrían una lectura directamente proporcional de quien derrama esas lágrimas y de quien hace esa lectura. Hay veces que se me rompe el alma con algunas situaciones que encontrarías cómicas, lógicas o trascendentes, pero todas ellas comprensibles, o casi en su mayoría. Ver llorar de alegría, no te rompe el alma pero si sientes empatía por esa persona, aunque no la conozcas, es fácil emocionarse con ello. Cualquiera de las múltiples, y únicas formas de llanto, sea por lo que sea, te mueve los cimientos. Al menos a mí, me sucede.
   En estos días recientes, decidimos que Pablo debería dormir en su habitación solo. Lo hemos intentado varias veces, y siempre es el mismo resultado: tarde o temprano (más temprano que tarde) acaba abandonando su habitación para ir en busca de alguno de los dos: mamá, o papá. Podría distinguir miles de formas de llanto, llantina, lloriqueo...¿Podría?. Saber en cada momento cuando es sincero, cuando finge, cuando es más o menos forzado...y de todas ellas, siento verdadera lástima porque quiero meterme en su pensamiento y tratar de adivinar realmente, lo que creo que es; y me doy cuenta que es un niño como todos,  como cualquiera de nosotros y que tiene miedo; ese miedo abstracto que persigue al hombre desde su aparición como tal: miedo a la oscuridad. Nuestro complejo cerebro, elabora a su alrededor una serie de ecuaciones en milésimas de segundo, y que al parecer, no tienen solución, no es fácil de resolver...
   Pero hoy, viendo a Pablo salir una y otra vez de la cama para ir a "buscar" la solución, me doy cuenta lo frágil que es el hombre (y lo he visto en él) cuando no hay luz.




   Cuando lo veo feliz, me rompe el alma, cuando lo veo llorar, me hace feliz saber cuanto lo quiero.
    

2 comentarios:

  1. Precioso escrito, lleno de sensibilidad, pero es que cuando se trata de tu hijo, el tema te toca muy adentro, verdad?
    A mí me ocurre lo mismo, cuando alguien a mi lado llora, pues qué le voy ha hacer, lloro, aunque tengo que reconocer que la mayor parte de las veces lloro de emoción o alegría, con unas lágrimas apenas perceptibles, salvo por quien me conoce muy bien.
    Con mi hijo lloro de todas formas, por dentro y por fuera, de tristeza y sobre todo de absoluta felicidad...

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  2. Sentimiento puro, y es que no hay nada más bonito que ver como un ser, una parte de ti, crece y crece, comprende, siente, llora...y todo eso, después de darme cuenta a mis cuarenta y pocos; sin omitir, que era yo quien no quería tener hijos...pero eso, sucedió por que tenía que suceder, de lo cual me alegro muchísimo. Por eso pienso que nada es casual o al menos las grandes cosas; y es que hay demasiado misterio en torno a la vida como para que sea tan sencillo...
    Gracias por tu sentida percepción.

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