domingo, 31 de octubre de 2010

Cleptomanía singular



    Siempre me pregunto sobre el hombre y su entorno, y la relación que éste, tiene con él. Es obvio que no podemos meter en el mismo "saco" a todo el mundo; pero si de hacer una crítica constructiva se tratase, en general habría que situar al ser humano como un auténtico virus para este planeta, que por lo pronto habitamos. Yo de momento, me incluiré también es esa especie que a mi modo de ver, es la única que modifica su entorno para hacer y deshacer cuanto le rodea y de esta forma, hacerse el dueño por decreto, de la tierra que habita. Es pues extensible decir que seríamos como  unos "intrusos" en este planeta azul, y en el que sin nuestra presencia, se las arreglaría para seguir girando y trasladándose a la vez, en busca de no sabemos qué; pero lo haría, y dudo mucho que con nosotros (de seguir el camino que hemos tomado, y que creo "sin retorno") llegue a conseguirlo nunca. No me rasgo las vestiduras al efectuar esta declaración, pues el entorno que me envuelve, me da la razón unas cuantas veces al día sobre las variopintas actividades humanas y como queda todo, después de la fiesta...

   Si observamos la imagen del vehículo al que le faltan algunos neumáticos, nos valdría como ejemplo. Este  coche no tuvo sendos pinchazos y su dueño intentó, al parecer sin éxito, cambiar las dos ruedas...a este vehículo simplemente le fueron sustraídas, por algún o algunos individuos llamémosle, de forma anónima. No debería sorprendernos pues todos los días y en todas las partes del mundo, suceden estas cosas. Pero nos estamos acostumbrando con demasiada frecuencia a estas situaciones que no deberían pasar desapercibidas por las autoridades competentes...puestos ya, si aceptamos que vivimos en pleno siglo XXI, en una democracia y en una sociedad que se dice avanzada, hemos de admitir que nos debemos a unos patrones, llámese de convivencia y respeto... creo que no es así; al menos del todo. Este coche, sólo es un ejemplo; pero: tiene que tener (o tuvo) dueño, dispone de una matrícula y está en plena vía pública desde hace al menos, tres meses. Si fue sustraído, estará denunciado; si no lo fue, tendrá dueño que algún día querrá o necesitará cogerlo... o este señor anónimo, y dueño del "carro", ya ha visto su situación, y simplemente pasa del tema; pero eso daría igual: un vehículo en ese estado, no puede estar en la vía pública , máxime si está sobre el acerado; es decir obstaculizando el paso peatonal...
   Qué puñetero soy ¿verdad?... Igual hay alguien que me da la razón...o todos miramos para otro lado (que es lo que normalmente hace la sociedad en general). Yo al menos, desde este lugar, realizo mi "queja", mas podría llamar simplemente al servicio de grúas del ayuntamiento y presionar...pero en casos anteriores, y por experiencia propia, sé que no funciona. Es así de simple; no te escuchan si no llamas reiteradas veces y te pones un poco "pesado"...lo haré desde aquí. Tal vez la autoridad competente, descubra el lugar, se de por aludida y reaccione. Esperemos acontecimientos.

   Cada vez que paso por el lugar, veo que todo sigue en su sitio...tiene este coche, la suerte de que le "sustrajeron" sólo tres ruedas... una vez pasaba por el lugar con Pablo, y muy sorprendido  me dijo: -mira papá, le han puesto una rueda!- yo, contesté con un poco de ironía (con una sonrisa de complicidad ante su inocencia), que no; que de esa rueda se olvidaron, o le entraron las prisas a los anónimos descuideros. Cuando Pablo no entiende algo pese a estar muy atento a lo que dices, pregunta: ¿Qué has dicho...?

    Última hora...
   
   Comprobamos a día de hoy, que el auto, ha desaparecido del lugar que ha ocupado los tres últimos meses  (parece ser por cortesía del Ayuntamiento)...me encuentro por casualidad con un vecino  que es peluquero del barrio, y me comenta que el coche era de un individuo que lo habría abandonado a su suerte por no poderlo atender; a su vez, el hermano que estaba en situación precaria y se dedica a la venta de artículos de "segunda mano", era quien le hacía el favor al ir desguazando poco a poco el coche, hasta casi hacerlo desaparecer.
   Últimamente le faltaban los faros y algún que otro elemento que no aparece en la fotografía pues de un día para otro, te encuentras sorpresas por doquier...sin ir más lejos, hoy mismo me percaté que llevaba todo el día andando con un par de calcetines de diferente familia...

lunes, 25 de octubre de 2010

Zurdos

   Me apunta mi padre, cómo su abuelo murió relativamente joven, con algo más de sesenta años durante una operación,  como consecuencia del formol que se administraba entonces, para la anestesia general.
   Trae a colación, al preguntarle sobre su condición de zurdo en una época de pobreza extrema en todos los niveles y más en el orden cultural y educacional: -sí, mi abuelo era zurdo- dice mi padre acordándose al tiempo de mi abuela... -y la abuela también era zurda; como yo- me dice de nuevo. Y puedo imaginarme a mi bisabuelo a finales del siglo XIX, tratando de ocultar su "desgracia" al efectuar cualquier tarea; por lo general en el campo...
   Me puedo imaginar a mi pobre abuela, a comienzos del  siglo XX, luchar contra los elementos para no ocultar que por ser zurda, no era ni mejor ni peor... y que ante la mirada de la siempre  opresora y dominante iglesia, no era diabólico su acto de escribir con la mano "siniestra"...
    Imagino mejor aún a mi padre, más próximo en el tiempo cuando lo situaban al final de la clase con su brazo izquierdo hacia atrás y atado a una silla, a comienzos del siglo XX para que utilizase la  "diestra"...él lo cuenta con cierta rabia pues parece ser que era la norma. No menos gracioso, imaginarme cuando iba al campo a segar; entonces  era visto como bicho raro cuando cogía la hoz  para comenzar a segar...-alto ahí!-  decían el patrón y demás compañeros cuando veían correr peligro su integridad física al ir en sentido contrario al resto, que era la gran mayoría...-siempre me colocaban el último y a la derecha; para no lastimar a nadie con la hoz- dice mi padre a menudo, al recordarlo...
Papá, Utopazzo, y la abuela Serafina "los tres zurdos"

    -Eran los tiempos del hambre cuando yo iba a la escuela- dice mi padre apesadumbrado; donde la enseñanza debía ser cosa de ricos y pudientes... en estos casos la escuela era entonces "secundaria", se alcanzaba muy pronto la edad  para el  trabajo. Motivos obvios para no haber alcanzado una madurez en la educación escolar. Pronto hubo de abandonar el colegio, para ir a trabajar...Hoy día, escribe con la mano derecha lo poco que alcanza su nivel de escritura e intelectual; el resto de tareas, es propio de un zurdo de pro: no sabe hacer el resto con la mano que entonces dejaron libre, para obligarle a utilizar la que dictaba la dictadura, y de paso, la Santa madre iglesia, con mucho de iglesia y poco de santa o madre... 
    Utopazzo, no le fue a la zaga y aprendió entonces a utilizar la "siniestra" con el visto bueno de la maestra...       
   Por aquél entonces (años 60) tuve la suerte de encontrarme con esta "maestra" y defensora (sin duda) de la democracia que debía de encontrarse oculta, pero latía... mi madre, preocupada por el régimen, acudió al colegio para hablar con ella y decirle que yo, había salido a su bisabuelo, a la abuela y a su padre, pero que  eso, siempre estaba mal visto...-a ver si puede usted corregirlo- decía mi madre; y por suerte mi admirada (por siempre) maestra, dijo que era algo natural y debía de respetarse...sin duda alguna debió de darle motivos más que suficientes para dejar satisfecha a mi madre y quitarle el miedo propio, de una época convulsa, triste y gris...además del blanco y negro del NO-DO...
    -Gracias! maestra por tu apoyo incondicional- ¡brindo por ello, y por ella  ahora.
   Hoy, me parece que  haber nacido con igual inclinación que mis congéneres (sin duda, genética y no por capricho o casualidad), es una forma más de venganza contra lo establecido; y me siento orgulloso de ello.

Mamá con una dedicatoria de mi padre

     Ejemplos aberrantes o supersticiones
   
   *En un tratado de psiquiatría de 1921, el ser zurdo se lo consideraba como símbolo de demencia, y en los años 60, se  relacionaba con la dislexia.


  * Hace pocas  décadas en Japón, que una esposa  fuera zurda, era suficiente motivo para un divorcio.


   *Las mujeres Maoríes, ondean sus ropas matrimoniales con la mano derecha, ya que la mano izquierda podría profanar sus ropas. La consecuencia de usar la mano izquierda es la muerte.


  * Los nativos de Nueva Guinea nunca tocan con su dedo pulgar izquierdo los vasos, por la creencia de que podrían envenenar los brebajes que contienen.


   *En el Islam, todo lo que provenga de la mano izquierda se considera impuro, y según algunas costumbres de Oriente Medio, con ella se sostiene el papel higiénico.


   *Para los nórdicos, la superstición popular asegura que conocer a un zurdo en cualquier día de la semana, con la excepción del martes, trae muy mala suerte. Martes (o Tuesday) es el único momento donde los siniestros pueden permitirse la destreza de ser más o menos nobles. Tuesday equivale a Twi's Day (el día de Twi) y Twi es el dios zurdo de los escandinavos.

Fuentes:
http://zurdos.biz/

http://www.zurdos.cl/

martes, 19 de octubre de 2010

Lógico

   Cuando me sentí joven de verdad, fue a finales de los 70, y comienzos de los 80... no hacía otra cosa que escuchar y escuchar música de todos los estilos. Ya tenía por entonces mucha música acumulada en formatos diferentes (discos de vinilo, cassettes, y una pequeña radio a pilas...) pero no dispuse de un "aparato" donde escuchar esa música hasta que mi padre un día, viajó a  Melilla para ver un partido de futbol de su equipo. Fue entonces cuando aprovechó la oferta que ofrecía dicha ciudad: comprar barato, barato... compró una radio-cassette como las de toda la vida y venía más contento por el descomunal atavío, que por el resultado del partido... no fue el único, pues además de escuchar y escuchar música, me las ingeniaba, no sé cómo, para acabar destrozando el artilugio... mis padres no daban crédito y siempre decían: "este chiquillo, todo lo que toca lo hace mistos..." y no les faltaba razón. Luego fueron llegando a  casa más aparatos de música e incluso la televisión, cayendo en mis "manos" y averiándose uno tras otro por orden estricto de llegada; pero esa es otra historia...

                                                 
                                               Cuando era joven la vida parecía tan maravillosa,
                                               un milagro, oh era hermosa, mágica.
                                                  Y todos los pájaros en los árboles cantaban felices
                                               oh alegremente, oh juguetonamente mirándome.
                                                  Pero entonces, ellos me echaron fuera para enseñarme
                                              cómo ser sensato, lógico, oh responsable, práctico.
                                                  Y luego me mostraron un mundo
                                               donde yo podía ser confiable, oh clínico, oh intelectual, cínico.
                                                  Hay momentos cuando todo el mundo duerme
                                               en que las preguntas se vuelven demasiado profundas
                                               para un hombre tan sencillo como yo.
                                                  ¿Quieres decirme, por favor, lo que hemos aprendido?
                                                  Sé que suena absurdo pero, por favor, dime quién soy.
                                                  Yo digo: cuidado con lo que dices o te van a llamar radical,
                                               liberal, oh fanático, criminal. 
                                                  ¿Pondrías aquí tu nombre? Nos gustaría sentir
                                               que eres aceptable, oh respetable, ¡un vegetal!
                                                  Pero por la noche, cuando todo el mundo duerme...

                                                  Cuando era joven, parecía que la vida era tan maravillosa...
                                                                                            
                                                                                                           Roger Hodgson

      
    Este tema, fue uno de mis favoritos durante mi época loca donde las hormonas y demás mensajeros químicos, hacían posible batir cualquier record que me propusiera; creo que como todo el mundo...
   Roger Hodgson y su mejor tema (tal vez) con una letra "lógica", descomunalmente rompedora con todo... 
   Dedicado a todos los que pasan por este blog; especialmente a Encarni, Esperanza, Lucía, Mª Ángeles, Ana... Con todo mi cariño.

jueves, 14 de octubre de 2010

Fe de erratas

   Me apuntan las musas, y mi musa, que a veces cometo errores ortográficos, o me invento palabros que no existen...por ello, pido perdón para no salirme del guión; y si  ello refleja cual espejo la realidad que vemos (posiblemente no la auténtica del todo) será lo que tenga que ser, hasta que el espejo acabe roto o la imagen del otro lado, parezca diferente.También cometo errores y despistes más vitales y  aquí sigo...
   Un día de tantos, olvidé las llaves puestas en la puerta de la casa y marché sin haberlas retirado de la cerradura; volví al cabo de muchas horas pensando que las había perdido en algún lugar pues mientras caminaba a casa, buscaba en todos los bolsillos posibles que llevaba encima, y aun sabiendo que no las tenía, me dirigía a la vivienda; cuando llegué, las vi en el mismo lugar que las había dejado y tuve la suerte de que nadie las hubiese visto... en multitud de ocasiones, me ha ocurrido haber llegado a casa y sin saber cómo, he dejado, unas veces la puerta totalmente abierta y nos ha amanecido así, sin haber tenido visitas  nocturnas, y otras veces con la llave colocada por fuera, que viene a ser lo mismo...en cierta ocasión, visitaron mi hermano, su mujer y la hija pequeña, la casa de mis padres donde yo aún convivía con ellos; marché a dar una vuelta con los amigos y me despedí de todos con un "hasta luego"; recuerdo que volví bastante tarde (quizá pasadas las doce de la madrugada) y encontré a toda la familia tal como la había dejado unas horas antes, pero con gesto de preocupación pues mi hermano no se podía marchar, ya que le habían desaparecido las llaves. Culpaban de ello a la hija pequeña; creían ellos que las había arrojado por la terraza y estuvieron toda la tarde buscándolas por el jardín sin resultado alguno. Es fácil adivinar que yo las había cogido sin percatarme de ello; las llevé conmigo sin dar opción a mi hermano y su prole, de poder acceder a su casa... bastantes ha sido las veces que me he dejado el coche abierto durante toda la noche; en estos casos si  he tenido visitas y me han desaparecido cosas sin apenas importancia, salvo en una ocasión que me fue sustraída toda la documentación; y cuando trabajaba en una empresa de reparto,  lo que faltaba era el género...en otra ocasión y sin saber cómo, me he visto en un coche que no era el mío y lo percibía al tratar de arrancarlo y comprobar que la llave, no giraba...o hacer una tortilla al tiempo que me relamía, y en lugar de depositarla en el plato, abrir la puerta de mueble-cocina y arrojarla al cubo de la basura con asombro y rabia pues era el último huevo que quedaba...en cierta ocasión, me invitaron a una boda y sólo percibi que allí no era la celebración, cuando después de bastante tiempo comprobé  incluso que no había nadie y por supuesto, ninguna boda...he bajado a las cinco treinta de la madrugada al lugar de trabajo en días festivos;  es fácil visualizar la zona de carga totalmente desierta...
   Lo peor de todo cuando un día subí a mis clases de violín y  por el camino, pude comprobar  un ambiente un tanto especial; al llegar a la puerta del conservatorio comprobé que estaba cerrada, al tiempo que una vecina asomada en su ventana me dirigía una sonrisa burlona y me decía: -hoy no hay clases, es festivo... 



   Excelente secuencia de los incontrolables  hermanos Marx donde el espejo juega una mala pasada pues la realidad no se ajusta a la que esperamos...

sábado, 9 de octubre de 2010

Cambios radicales

   La vi a lo lejos; su pareja le precedía. Había cambiado tanto que me costó reconocerla. Luego pasaron cerca de mí; creo que no me vió, no me reconoció o no quiso verme...
   Sentí pena y compasión al comprobar cómo había sufrido grandes cambios  por el inevitable paso del tiempo: su cara más ensanchada, sus ojos más tristes; con bastantes kilos de más y pude percibir en su perdida mirada, un sufrimiento; tal vez en el conjunto de su ser...había cambiado el ángel que fue allá por los 80. 

   En el mismo gigante comercial  de extensiones descomunales, veo pasar muy cerca de mí a Miguel; aquél chico que fuera compañero de trabajo donde se diría que por él, no pasa el tiempo pues se conserva como hace más de veinte años...eso, en lo que al físico se refiere; no así en su cambio radical como persona, pues antes de ser monitor, trabajó como un vendedor más. Entonces, le podías hablar de las injusticias que había para con los trabajadores, de las presiones a las que éramos sometidos para aumentar las ventas y subir en porcentajes (siempre subir y subir) al de años anteriores, los problemas que teníamos cada verano para conseguir vacaciones... le recuerdo haberse situado muy cerca de la cabeza "sindical", para hacer frente a las huelgas que nos planteábamos, o acciones a tomar por las continuas presiones a que nos veíamos sometidos por parte de los superiores...ahora cuando lo he visto  acompañado por el distribuidor, como lo fue Miguel en su día, observo su gran metamorfosis mental...ahora dirige al trabajador con mirada fría, comprueba cómo coloca el producto en los expositores y sólo interviene para corregirle; no colabora como otros monitores que me acompañaban en mi peregrinar diario frente a  la clientela; éste simplemente observa y analiza, apunta en su pequeño cerebro los movimientos y sobre todo, qué informes dará del compañero a sus superiores cuando termine la jornada.



   En el largo pasillo que separan las puertas de entrada y salida del monstruo comercial, veo a una gran distancia a un amigo; camina con paso lento en dirección opuesta a la que nos dirigimos; calculo en qué punto nos encontraremos y acierto de lleno minutos después...lleva bajo el brazo un grueso libro que de inmediato adivino su título y autor; no pudiendo resistirme, una vez nos hemos saludado, le pregunto a cerca de la lectura que está apunto de iniciar...-me lo ha dejado mi suegra, ¿qué quieres que te diga? Hay que leer de todo para estar informados- me dijo. Enseguida contesté yo con un ataque: -déjale a tu suegra para que  lea, "El capital" de Karl Marx, que también esté informada...-
   No entendí cómo había llegado a sufrir tan radical y extraño cambio en su persona. Cuando nos conocimos, hablábamos largo y tendido de la política de izquierdas, de los logros que se habían conseguido para con la sociedad, de lo revolucionarios que fuimos de jóvenes, cómo pertenecíamos a una ONG ecologista...ahora,  ya no pertenecía a ninguna plataforma ecologista y votaba a la derecha... el libro que llevaba encima, era "Camino", de Monseñor Escrivá de Balaguer.

       "Tú conmigo, felices en la lluvia"

   Abandonamos el centro comercial; hace frío y en la puerta de salida, miro al cielo y digo para mí: -plou a bots i barrals-...miro a mi pareja, y con una sonrisa cómplice, le digo lo agusto que estaríamos en casa viendo una película. La telepatía funciona cuando queremos, y nos marchamos hacia el coche; de camino al piso que compartimos, le digo que me gustaría hacer un maratón de cine; hoy toca Fellini.

martes, 5 de octubre de 2010

Lucía

   Conocí a Rogelio hace más de veinte años y me alegró mucho haberlo conocido. En aquél momento, no lo había  reconocido como  miembro de un grupo de música pop, muy  famoso de los años 80, y que él ya había abandonado por entonces para dedicarse al estudio del violín.Coincidimos en el conservatorio y compartimos buenos momentos en la recién creada joven orquesta, en el conservatorio donde estudiábamos. Era un cambio radical, lejos del estilo musical que había ejercido en su famoso grupo de música, pero supe luego de su afán por conocer más sobre la gran música y su deseo de mejorar para dedicarse a la composición.
   Le comenté anécdotas que me parecían graciosas por el propio paso del tiempo y la huella que deja en nosotros...le conocí entonces muy cambiado de los conciertos en que le había visto y nos reímos, pues la gran melena que le acompañaba entonces, había dejado paso a una casi completa ausencia de cabello y dejaba al descubierto, su brillante cabeza...
  Me invitó un día a su casa; quería enseñarme toda su maquinaria de composiciones que tenía: grabadoras de los 90, mezcladores de sonido e instrumentos de su paso por el grupo... vi entonces andurreando por nuestro espacio, a una pequeña de unos cinco o seis años, morena con unos ojos grandes y despiertos que  analizaba todo con su mirada de  niña inteligente... -es  Lucía, mi hija...- me dijo Rogelio. Supe entonces, que si  el padre era un gran músico, de aquella niña pequeña, se podría esperar lo mismo.
   Desconozco cuando comenzó sus estudios en el conservatorio, pues yo estaba ya fuera de él. Sea como fuere,  siguió los pasos de su padre; comenzó a estudiar música en el mismo conservatorio, y tomó  el violín como instrumento...pasó el tiempo, creció y comenzó su carrera en magisterio, al tiempo que Rogelio trabajaba por entonces en una composición por encargo: "Misa breve en la menor"...y creo recordar, según me dijo Rogelio, que por entonces ya Lucía había demostrado unas cualidades para la música...y el canto: le brindó un tema sacro, en el que ella, sería la solista: "Tantum Ergo". 



   Actualmente, Lucía interviene en el "Coro de la Orquesta Ciudad de Granada", en el  "Coro Tomás Luis de Victoria" (también de Granada) y cuando el tiempo se lo permite, con nuestra pequeña formación musical, "Coral Aída"...cuando ella aparece, el coro adquiere otra tesitura especial, pues en su espacio como soprano, fluye mejor la música...

viernes, 1 de octubre de 2010

Cualquier tiempo pasado...

   El aroma que desprende un habano o similar, sobre todo en una tarde de domingo, me evoca un episodio en el estadio de "La Victoria" y un partido de fútbol, en el que yo bastante pequeño, acompañaba a mi padre. Siempre me cogía desprevenido cuando el equipo local marcaba, y me levantaba como un osito de peluche   lanzándome al aire,  festejando el gol y loco de alegría... tenía la sensación propia de quien se sube a la montaña rusa y en la caída, le entra el típico cosquilleo en el estómago...lástima que no hubiese cámaras como las de hoy para haber inmortalizado las ciento de veces que me veía en esa situación...
    Incluso acompañábamos al el equipo en los desplazamientos por lo largo y ancho del país, pero fuera de casa, se contenía más por la rivalidad que se podía respirar en el estadio, y en el que se guardaba mucho de festejar un gol, si eso suponía la derrota local... no es que me gustase el futbol en especial  (ni ahora tampoco demasiado), pero recordaría alineaciones de entonces en varias temporadas,  y sobre todo, cuando logró el ascenso a la segunda división.
   Lo que realmente me gustaba (y lo sé ahora) era que con el fútbol, llegaba el domingo; eso significaba qué: bajaba al estadio con mi padre al partido, o bajaba con mi madre y hermanos dos horas más tarde, a esperar la salida de la marabunta humana donde debía de encontrarse mi padre; eso, si no había bajado con él, bien por algún castigo, bien por que no me apeteciese, o mi padre hubiese considerado que el partido fuese de alto riesgo, y decidía entonces no llevarme con él... 
   Con la salida de la marea humana acompañaba siempre el característico hervor según hubiese sido el resultado  (que yo por entonces trataba de adivinar), por la expresión de cada individuo o en el conjunto total... o por los comentarios y aspavientos del entramado; como si toda la masa, fuese un único ejemplar vivo... pero había una situación especial por la que podíamos averiguar el resultado, y que ahora en el presente, sería impensable  e imperceptible por el oido humano al existir una muchedumbre mayor que en los años 60-70,  y por el tráfico rodado; que ahora multiplica por mucho al de entonces. Desde mi casa se veía parte del marcador del estadio, y aunque no disponía de unos prismáticos ni nada parecido, y era imposible adivinar el resultado por la distancia, con cada gol local o visitante, era fácil adivinar qué equipo había marcado pues se oía perfectamente el clamor y griterío de un estadio, casi siempre lleno.

    Pero lo mejor de todo era que con el fútbol, llegaba el domingo y no a la inversa; eso significaba que era día de salir a pasear, y sabíamos perfectamente que en el largo recorrido de la casa al estadio y a la inversa, había un pastel esperando en una de las poquísimas pastelerías de la ciudad...-se te llena el ojo antes que la tripa!- me decía mi padre, cuando nos pegábamos como lapas al cristal del escaparate, y siempre elegía el más grande.