jueves, 3 de febrero de 2011

Rogelio

   Conozco a Roge desde hace bastante, con el paréntesis de algunos años, donde caminamos por   vías distintas  aunque  (tal vez) paralelas. Un día, mis pasos se dirigieron sin saber, hacia una avenida donde él se encontraba. Me entregó la nueva dirección de su casa y encantado le visité el día acordado. Aquél día me abrió la puerta de su agrupación coral.
   Él es un amigo especial y una característica que quiero destacar, es que siempre está sonriendo. No lo conozco en profundidad, pero este hecho, me demuestra que Rogelio es inteligente. No lo digo yo, pues ya se adelantaron antes, filósofos o pensadores que vienen a indicar que el sentido del humor, la sonrisa, es un síntoma de inteligencia.
   "La sonrisa es el lenguaje universal de los inteligentes" Tomás de Iriarte
   Un amigo así, merece todo mi respeto y reconocimiento sobre esas notas que coloca sobre el papel pautado y con las que tanto disfruto; porque además, es compositor.

   Siempre me he preguntado acerca del destino o el azar; por qué escogemos un camino y no otro y por qué ese camino nos puede conducir a un paraje natural, artificial, o al abismo. Igualmente ese otro camino te puede llevar a unas escaleras por las que ascender hasta llegar a una altura, donde te pueda entrar el   vértigo o en el caso menos frecuente, llegar a sentir como el alpinista que alcanza la cumbre: estoy en una nube...toco las nubes y no quepo en mí... creo que a veces tocamos las nubes, sin ser conscientes de ello.

   También me pregunto por qué hay personas que un buen día, se convierten en escritores, pintores, músicos... que  llegan a serlo  simplemente por una afición que termina en ser una parte esencial en su vida. Por su empeño, por sus preferencias...y también quizás, por un elemento genético que intervino tiempo atrás; pero esa intervención, tendría su inicio en el azar, la necesidad o el talento.
   En la gran mayoría de los casos donde el talento se hace ver, aparece un elemento básico: sus progenitores o antepasados más recientes, incluso lejanos, no muestran especial habilidad en su vida cotidiana; es decir, el talento puede heredarse si bien hace falta trabajarlo...ya lo dijo Beethoven: "El genio se compone del dos por ciento de talento y del noventa y ocho por ciento de perseverante aplicación"...o lo que es igual: trabajo y más trabajo. Luego habría que pensar que de partida, todos seríamos genios en potencia...creo que no es así; interviene la inteligencia como base de ese talento que da al genio. Al contrario, también aparecen (incluso más a menudo de lo que pudiera parecer) talentos o genios que se quedan en el camino por multitud de condicionantes que intervienen en su contra; éstos se tropiezan en su camino, para apartarlos de un empujón, cayendo en ese abismo del principio...o el azar, la desidia y otros elementos que se nos escapan.

   Rogelio reúne muchos de estos elementos: realmente desconozco si sus progenitores o antepasados,  fueron músicos o compositores; tal vez fueron y son personas normales. Si en algún momento pudo intervenir la genética, o si ese gen daría  "saltos" de bisabuelos a bisnietos etc. Él es una persona perseverante y es por ello que el talento, lo trabaja.  Pero es su intelecto el que hace crecer ese talento: es inteligente luego conoce de su posibilidad, y  "persevera en su aplicación". Y por último, diría que esos condicionantes o elementos en los que intervendría el azaroso "destino" que aparta a talentos, no se da en su caso.

   Una anécdota que recuerdo en las clases de violín, me demostró el tesón del protagonista de esta entrada: dedicado por igual a su trabajo y al estudio del violín, estaba muy por debajo de aquél que hace del instrumento su compañero inseparable y  dedica las veinticuatro horas del día, a sacarle brillo. Él veía de continuo, cómo el profesor quería "cerrar" la puerta que da paso a la habitación reservada sólo para los elegidos; el profesor argumentaba que para llegar lejos, había que estudiar más, dedicarle más tiempo al instrumento, la técnica...si no era así, no lograría su propósito. De una forma bastante clara, quería quitarle las ganas de continuar y hubo un momento hasta cómico, cuando el profesor le hizo una apuesta personal y Rogelio se hizo la suya.
   Rogelio aceptó el reto y demostró que éste, se equivocaba; consiguió llegar a su meta demostrando capacidad, trabajo y pundonor... ahora mismo, puedo imaginar en algún rincón de su casa,  el título de profesor esbozando una sonrisa.

   Lo más importante a día de hoy, es su continuo vínculo con la música. Actualmente dibuja notas musicales, con esmero, las deja caer en el pentagrama y  las tararea mientras olvida la cena o el desayuno.  Me imagino esas notas colocándose cada una en el lugar exacto, a su altura correcta y sin invadir el compás que no le corresponde. Así comienza su "Requiem", y así terminará. Con el tiempo, esas notas cobrarán vida en  las voces de los componentes de "Coral Aída" mientras él dirige y sonríe.


Tribute from Rafa Ordóñez on Vimeo.


   El vídeo ofrece un pequeña pincelada por la andadura musical del protagonista, desde su actual formación "Coral Aída" y sus inicios en el grupo de música pop "Apache", pasando por la formación en la Joven Orquesta del Conservatorio de Jaén, o su grupo de música "Celtipatía".

   La música de Vangelis, vendría a dibujar una visualización particular donde se van superponiendo imágenes breves y como si de una película se tratara, estas imágenes vuelven como en un bucle a encajar en la cadencia musical (no siempre) e imaginar un preciso "perpetuum mobile" siempre retornando al presente más reciente.