martes, 21 de junio de 2011

Pepe y la habilidad pedagógica

   Una imagen que retendré siempre en mi memoria, es la que sigue: En el aula estamos todos los padres de los alumnos en el curso de educación infantil que ahora termina y cuya promoción sería la que abarca desde  septiembre de 2008 hasta junio del 2011. Están presentes todos los alumnos con su Maestro, a quien queremos hacer entrega de un pequeño regalo, un pequeño detalle de todos los padres, en agradecimiento por su gran labor durante estos tres últimos años, donde nuestros hijos han ido aprendiendo cosas maravillosas, han crecido y se han hecho un poquito más humanos, más personas, más todo... cuando queremos hacer un pequeño paréntesis y leer una pequeña nota donde hacemos efectivo ese agradecimiento, los niños están en su salsa: juegan ajenos al entorno, gritan, ríen y se divierten. No podemos (ni sabemos) hacer que paren, que se detengan, que no hagan ruido;  no podemos manejar a más de veinte pequeños llenos de energía... ahí está Pepe, que con un sólo llamamiento (del que quedo totalmente asombrado) se dirige a los pequeños y les invita a guardar silencio con una fórmula que ni al más inteligente de la clase científica, se le habría ocurrido. Levanta su mano  derecha y dirigiéndose a sus alumnos, dice: "A ver, niños, vamos a guardar silencio; vamos a atrapar el ruido y cerramos la mano... ¡Ya lo tenemos! El ruido se ha convertido en silencio; lo hemos atrapado..."; en ese momento, se hace el silencio más absoluto. ¡Admirable su método!
   Lola, una de las madres, lee el contenido de una pequeña nota que ella misma ha escrito y, donde agradece los logros conseguidos por este magnífico profesor, y mejor persona. La emoción invade a cada uno de los allí presentes.





  Recuerdo igualmente cómo, a veces, Pablo ha tenido que acudir a su pediatra por algún tipo de de enfermedad; generalmente un resfriado común... cuando hemos regresado al cole y lo he acompañado a su clase, he comprobado igualmente, los valores que transmite este ejemplar profesor, cuyo trabajo tal vez no esté lo suficientemente valorado en su totalidad por una sociedad donde la característica común es pensar  que si realizan bien su labor (los profesores), es lo normal y cuando se cree lo contrario, siempre está dispuesta a criticar, devaluar e incluso culpar de cualquier mal que la sociedad perciba, cuando de educación se trata,   y señalar con dedo acusador a estos "educadores". Yo opino de forma contraria, pues considero que si bien es cierto que son parte de sistema, la educación en general se imparte en el hogar, en el calor que desprende una madre o un padre en torno a su hijo, entorno a sus hijos. Yo señalo en este caso, el buen hacer del profesor, en la parcela que le corresponde, y en el caso de Pepe, es admirable su vocación... ha sabido ganarse el cariño de la gente en general, de madres, padres, abuelos... y particularmente, de los niños que durante esos tres años (y como él dice) han sido "sus niños" .
   Como decía, cuando hemos regresado, al llamar a la puerta, he asistido a una demostración del cariño desmedido por parte de sus compañeros, que habiendo echado de menos la presencia de Pablo, lo han acorralado y entre jolgorio y muestras de cariño y alegría, lo abrazaban como si no le hubiesen visto en los últimos meses... o han coreado su nombre, todos al unísono cual personaje importante arropado por un público entregado a su ídolo... toda una demostración del buen hacer de Pepe y los valores que inculca a estos pequeños.
  No olvidemos que en un futuro no muy lejano, serán nuestros médicos, nuestros abogados, nuestros músicos, nuestros escritores y periodistas, también políticos y trabajadores en general; pero sobre todo, buenas personas. Parte de culpa, habrá que atribuírsela a su profesor que ha sido quién en estos últimos años, ha trabajado por el bien de la sociedad en la que hoy nos movemos. La misma que no sabe o no quiere, valorar en su justa medida la labor de estos docentes.


¡Me quito el sombrero!

17 comentarios:

  1. Al dedicarme a la enseñanza es frecuente que algunos de mis conocidos y vecinos me pidan consejo a la hora de matricular a sus pequeños en tal o cual colegio. Las preguntas más frecuentes van encaminadas a saber si el colegio es bilingüe, moderno, tranquilo...yo les proporciono la información de la que dispongo pero siempre les digo que lo más importante para un niño es que tenga un buen maestro o maestra, ése que sabe descubrir lo que hay de único en cada uno de nuestros niños y niñas y de esta manera darle la respuesta adecuada. Pablo, ya ha tenido uno de estos maestros que dejan huella, no sólo en su memoria, también en su actitud y capacidad, en su crecer como persona.

    ResponderEliminar
  2. Preciosa y emotiva entrada ;)

    ResponderEliminar
  3. Me parece muy bonito Rafa. Me llamó la atención como Pepe puede callarlos con un simple gesto. Un saludo y espero que el próximo profe de nuestros hijos sea al menos como Pepe. Lola.

    ResponderEliminar
  4. Lola, gracias por tus palabras (y por tu idea sobre el agradecimiento a Pepe y en la forma y fondo). No te quepa duda que en un colegio donde impera el sentido común, con profesionales de al talla que todos hemos conocido, nuestros hijos tendrán aquello que se merecen. Piensa que las cosas buenas se contagian y en el colegio existe un grupo de Maestros jóvenes, bien preparados y llenos de valores a transmitir. Estoy seguro de ello.

    Felices vacaciones y un abrazo.

    P.D. Mi correo es: mozartmind@hotmail.es y espero que me envíes el tuyo; tengo una foto de Lola Lu con Pablo. Te la enviaré.

    ResponderEliminar
  5. Elena, como parte implicada del tema que nos trae, sabrás de lleno aquello de lo que expongo. Por suerte, tenemos que admitir que la suerte existe, pero hay que saber buscarla; y lo que le digo a Lola, lo conocerás igualmente: aquello bueno, que se rodea de algo bueno, se convierte en algo excelente... este colegio y sus maestros, lo son.

    Gracias por entrar a leer mi "raroblog".

    ResponderEliminar
  6. Ana, percibo en tu comentario la alegría contenida y el uso del método que nos lleva a la prudencia. Realmente, hemos tenido, no suerte; sino mucha suerte y durante estos últimos tres años, lo he visto día a día y he podido comprobar como a cada paso que daba camino del cole, Pablo me decía si estábamos llegando tarde... (nunca quería llegar tarde, pues en alguna ocasión lo hemos rozado), si le había puesto la merienda o si se me había olvidado el libro (en más de una ocasión así sucedió...) o si le había puesto los zapatos al revés (¡qué te voy a contar!) o alguna prenda de ropa... todo ello, actúa como indicador de no querer faltar nunca a clase, de ir siempre preparado con todo correcto... inclusive cuando hemos tenido que ir al médico, me preguntaba (deseoso que así fuese), si luego iríamos al cole... con eso ya me daba por contento pues indicaba que estaba bien, que se divertía, que aprendía: no era mérito nuestro, sino del profesional que lo recibía en su aula cada mañana y ahí estaba Pepe.

    En esos tres años, nunca jamás he visto nada raro o fuera de lugar en torno a lo que debe ser un colegio: madres y padres con los que me cruzaba todos los días y donde la mayor seña era la felicidad reflejada en sus caras al ver a sus niños camino de las aulas... nunca cara de preocupación y eso, ya lo dice todo.

    Besos!

    ResponderEliminar
  7. No tengo ningún método para la prudencia, simplemente soy prudente, excepto cuando no lo soy. Lo que pretendía era ser objetiva, porque con estos temas me pongo sentimental. Durante la etapa de educación infantil Pablo ha asociado la idea "escuela" a la idea "felicidad" y ésto, además de alegrarme, me ha proporcionado mucha tranquilidad, sabía que estaba en buenas manos.

    ResponderEliminar
  8. Siempre es gratificante encontrarse con profesores así, lo cierto es que en la profesión de maestros/as hay de todo. Una vez una profesora de infantil me comentó si alguna vez se acordarían de ella, yo le dije que seguro que sí, esas cosas nunca se olvidan y si lo hacen bien el aprendizaje se materializa en el niño o niña como en este caso que tu cuentas de Pepe. Resulta curiosa la manera de atrapar el ruido me ha gustado mucho esta entrada porque haces un gran homenaje a una persona que ejerce su profesión con vocación.

    Un gran abrazo para los tres.

    ResponderEliminar
  9. Ciertamente, Utopazzo, es una verdadera suerte toparse con un maestro como el que describes. Una joya, como deduzco de tus palabras y de lo que éstas transmiten. Bien está que sea así, en una sociedad donde cada vez más los padres hacen dejación de funciones y relegan en los profesores una tarea que ellos deberían realizar. Sin una buena labor educativa en casa, puede que los esfuerzos del docente acaben siendo insuficientes. O que simplemente sean vanos si desde casa los niños reciben mensajes contradictorios. En cuyo caso se engrandece aún más el trabajo de maestros como el que describes. Si Pablo está feliz de ir al colegio, no me cabe duda que el maestro ha sabido crear en su aula un ambiente muy beneficioso para él y los otros niños. Y muy significativo eso de que los compañeros reciban con júbilo el retorno a clase de un niño que estuviese enfermo. Dice mucho de las líneas de actuación de su método para educar con mayúsculas. Porque, bien saben maestros como éste, que no sólo se trata de impartir conocimientos. También se forma a las personas en valores y civismo.
    Me ha gustado el video de Pablo yendo a la escuela. Insisto en que me parece un niño encantador. Los niños son en gran medida, el reflejo de sus padres.

    Un abrazo con esa suerte que comparto.

    ResponderEliminar
  10. Estoy de acuerdo que es fundamental la persona que pasa más horas con los hijos de otras familias y les transmiten los valores por los que hay que moverse en esta vida, la educación se nota cuando la traen de casa y los padres se ocupan y preocupan.
    Pablo es un niño muy guapo del que estarám orguyosos no solo por ser guapo sino por su potencial que demuestra ese recibimiento.

    ResponderEliminar
  11. Carla, gracias por entrar a comentar. Ciertamente se ha escrito mucho sobre educación, aunque no está todo escrito (por fortuna) y cada vez es más evidente que el trabajo de generaciones enteras, tarde o temprano acaba dando su fruto. En el caso que cuento, ha sido muy enriquecedor comprobar ese desarrollo, ese crecimiento, acompañado por un excelente maestro y la fortuna de haber dado con ese colegio en particular. Pablo es bastante guapo (como dices) pero como todo niño, bastante difícil de educar; sobre todo, si por tratar de llevar a tu terreno a ese pequeño que cada día aprende más, sabe más, te encuentras con las dificultades propias de tener que "educar". Siempre he pensado (y lo he comentado en tono de broma... o no del todo) que nadie sabe educar a sus hijos y es por ello que el ser humano cada día es más diverso; eso en gran medida es bueno, pero también te encuentras con el otro lado. Comentaba en petit comité, que si en una sociedad avanzada (y utópica) existiese un test experimental para decidir quienes pueden y quienes no, ser padres, el porcentaje de "aprobados" sería muy, muy bajo: es decir, al no disponer de un manual propio (y para cada caso particular) y tener que enfrentarse a la pura realidad, como digo, casi nadie podría tener hijos... esto es una broma utópica; pero no debo andar muy alejado de la "verdad".

    Pablo y todos sus compañeros, estarán por siempre agradecidos a la labro de este ejemplar maestro, que pudimos comprobar todos los padres cómo se emocionó cuando en el escrito leído por Lola, y en la frase final apareció un "te queremos". Así ese día, fui algo más optimista
    con respecto a la sociedad que nos contiene.

    ResponderEliminar
  12. Prometeo, gracias por tu comentario, donde por tus palabras, deduzco que he conseguido saber transmitir aquello que quería; aquello que se me ocurrió en el mismo instante que comprobé "in situ", el milagro de la comunicación, el milagro que en ese mismo momento, representaba la sociedad madura que tanto busco; con una simple frase, un simple movimiento y con la ternura de un maestro que sabe lo que hace, lo que quiere... fíjate que puede pasar como una simple anécdota de la que estoy seguro que a muchos padres pudo pasar desapercibido (y lo digo desde el máximo de los respetos y cariño) pero a mí, sencillamente me impresionó por trivial que pueda parecer (que no lo es!) y porque ya había observado con anterioridad el cariño con el que se mueven estos pequeños y donde se ha de pensar, como no puede ser de otra manera, que también buscan su lugar, la competencia propia de un ser racional que nos recuerda a nuestros ancestros y por ello, existen igualmente los típicos "enfrentamientos" por acapara ese protagonismo que llevamos (sin saberlo tal vez) desde que nacemos... pero es otro elemento con el que contar (y válido también) para ese crecimiento y desarrollo fundamental de estos pequeños incansables. Pepe ha sabido manejar muy bien todos los elementos para (ejerciendo de maestro, que es lo suyo) el bien de esta sociedad. Luego, el tema de los padres y la continuidad a ese trabajo diario, es bastante difícil, pues como le he comentado a Carla, creo que no sabemos "educar", en eso, también he aprendido bastante y como si de ósmosis se tratase, al pasar junto a Pepe saludarlo o charlar un rato con él a cerca de cualquier cosa...

    Gracias y un abrazo. Intuyo que has vuelto con energías renovadas, por lo que es fácil adivinar que te has recuperado de tus achaques...

    ResponderEliminar
  13. Encarni, gracias por tu pequeña aportación... también yo recuerdo a maestros que tuve en etapa escolar y existen momentos, situaciones, que son imborrables; incluso desde muy, muy pequeño. Eso mismo espero de Pablo y todos sus compañeros, pues en el caso que nos ocupa, es así de sencillo y así de grande (ni más ni menos).
    Precisamente mi idea de editar esta entrada, partió de ese momento mágico que me impresionó cual pequeño asistiendo a un juego de prestidigitador, al observar con una facilidad manifiesta, a Pepe "haciendo" el silencio.

    La aportación que cada persona puede hacer a la sociedad en su conjunto, es de vital importancia si por personas civilizadas hemos de pasar. En los casos que conocemos y que se dan estas circunstancias, hace más humano al que con sólo participar en el área que le corresponde, es reconocido en su mayoría por todos: como el caso que nos trae y por ello, me quito el sombreo nuevamente.

    Un abrazo para los tres (y ya podéis disfrutar del ascensor!).

    ResponderEliminar
  14. Tienes razón, Utopazzo. Personas como Pepe, de esa calidad humana y profesional, son las que hacen falta en este mundo para hacerlo más habitable y elevar la cota de felicidad de los pueblos. Ya ves mi pesimista amigo, que mientras existan tipos como Pepe, todavía tenemos salvación ..... con lo importante que es la educación de los niños ... y qué difícil es hacerlo bien!

    ResponderEliminar
  15. É realmente emocionante para um pai e uma mãe perceber que seus filhos estão em boas mãos. Os professores funcionam como pais postiços pois muitas vezes com os pais e mães inseridos no mercado de trabalho o ambiente que a criança mais convive é com professores e educandos.
    Não tenho filhos mas se tivesse faria questão de saber quem está cuidando não só da educação do cérebro mas também da personalidade.

    Abraço.

    PS: Não falo espanhol mas consegui acompanhar o seu texto mesmo assim.

    ResponderEliminar
  16. Gracias Radige por tu comentario. Ciertamente, hemos tenido mucha suerte en lo que respecta al profesor de nuestro hijo. Tenemos la gran suerte de que los profesionales de la enseñanza, están sobradamente capacitados y preparados: son un bastión importantísimo para el desarrollo humano, que a la postre son el futuro de nuestros dirigentes, médicos y un larguísimo etcétera...
    Cuando tengas hijos, verás la importancia de lo que comento, además de la responsabilidad propia en torno a la educación...

    Tampoco yo hablo portugués pese a que tengo una pequeña guía de cuando hicimos un viaje a Lisboa... pero al ser una lengua latina, es bastante fácil entenderlo.

    Un cordial saludo.

    ResponderEliminar
  17. arośnięteј fοrm. - Widziałeś? - spytał R诵t豬Satіn (www.adaptation.arizona.edu) rοzemocjonowanу rycеrz, słuchając Arnοlda za
    rurkа. - Kogo? - Jaκkolwiek to

    Cztan spośród Rogοwа! Obаj
    гyсerze spοglądali z poԁziwem na mocarza, któгy, w charаκterze leg.

    ResponderEliminar